Un año sin gluten

Desde hace un año llevo una dieta sin gluten y es como si viviera en el cuerpo de otra persona. No soy celiaca, las pruebas dieron negativo. Pero sufro lo que se llama sensibilidad al gluten, que significa que sin ser celiaca eres igualmente intolerante. Mis síntomas: -Hinchazón abdominal, soy delgada pero siempre tenía una tripa que parecía que estaba embarazada. Fuera al gimnasio o no, comiera poco o comiera mucho, comiera sano o comida basura, así estuviera 7 días sin comer, todo daba igual. Siempre una tripa inflada y dura. -Diarreas explosivas, después de casi cada comida visita al baño. -Muchos gases, embarazoso. -Dolor de articulaciones y artritis, me dolían las rodillas, las muñecas y las piernas (un dolor como por dentro). -Calambres nocturnos en las piernas, yo creo que tenía lo que se llama el síndrome de piernas inquietas. -Un color de piel verdoso y la cara siempre pálida, así tomara el sol todo el día, nunca conseguía que me salieran los colores. -Sequedad y descamación en las manos, como una especie de alergia. Ahora todavía tengo un poco pero ni punto de comparación. Éstos son algunos de los síntomas que yo sufría, entre otros que se desarrollan a largo plazo cuando eres intolerante al gluten. Yo nunca hubiera imaginado que podía tener algún tipo de intolerancia alimenticia, porque si bien los síntomas eran bastante molestos, eran llevaderos más o menos. No es que me pusiera a morir cada vez que me comía un bocadillo o desayunaba galletas, pero si es cierto que mi cuerpo siempre se ha resentido. He vivido con unos síntomas, que aunque muy incómodos, aprendí a sobrellevarlos. Tras 40 años pensando que yo había nacido así, que simplemente era de la manera que era, sin pensar que había elementos externos que lo provocasen, un día, mi hermana me dijo "a lo mejor eres celiaca". Yo pensé para mí "pero si no vomito ni me pongo a morir". Pero se sembró una duda en mi interior. Así que acudí al médico y tras las típicas pruebas el resultado fue negativo. Aún así el médico me dijo que había mucha gente que sin dar positivo en las pruebas médicas eran sensibles al gluten. Así que decidí comenzar una dieta libre de gluten. Desde el primer día mi vida cambió y ahora es como si viviera en el cuerpo de otra persona. Sin visitas al baño, sin gases, sin calambres, un color de piel humano y en un cuerpo, en definitiva más sano. Estoy segura de que hay muchas personas como yo, que sufren las mismas molestias, que sin ser extremas hacen la vida bastante incómoda. Así que les aconsejo hacer la prueba de la dieta sin gluten. Quien sabe. Además hay muchos productos en el mercado, aunque es cierto que echo de menos que muchas de las grandes marcas no especifiquen si su producto es libre de gluten. Pero la buena noticia es que hay hasta cerveza, así que si piensas que eres sensible al gluten o celiaco es una dieta bastante fácil de seguir.